The National dentro de la escena indie es un grupo que topa con muchas cosas en común, puede ser ese sentimiento de no querer formar parte de un grupo selecto típico de gente. O simplemente es que su visión va hacia lugares diferentes.
Su música llega a tocar lugares oscuros del ser humano, creando ambientes de sensibilidad máximos que rozan con las lagrimas, dándonos palmadas de apoyo en momentos difíciles. ¿Cómo logra esto? Es simplemente la magia que cada una de sus músicos transmite, en donde 5 canciones pueden parecer solo 1 creando un concepto de temática.
Elementos del género industrial, el rock tal vez en una dosis baja, y el alternativo como principal factor. Acá mientras Aaron Dessner le da vida a las canciones con el teclado, en acompañamiento de los punteos y efectos de guitarra de Bryce Dessner, Matt Berninger con su barítono sútil, relata con sentimiento cada lamento y reflexión que la banda entrega.
Con eso más allá de lo emocional, The National es uno de los grupos que ha sido destacado por su clara dedicación a la estructura y sonido de su propuesta. La calidad en vivo los ha convertido en uno de los shows más alabados en esta década, y eso se debe a la delicadeza que le dan a cada detalle.
Las letras tocan temas que no son menores en la sociedad, o en lo que se forma en la depresión, el alcoholismo, los errores que uno comete y la culpa como un descubrimiento tardío en situaciones complejas. El aura es sublime como familiar, y nos da ese relajo necesario del día a día.
En ocasiones llegan a jugar con ritmos más marcados y movidos, siguiendo la odisea de cuerdas y efectos que se crea gracias al uso de pedales, y así agregando el dinamismo de las trompetas, creando ambientes variados. El arrepentimiento al son de varios elementos musicales.
The National nos visitará el próximo año como parte del festival Lollapalooza, y más de alguna alma estará presente para cuando el grupo esté uniendo personas para disfrutar de una balada llevada del extenso espectro del género alternativo.