Lollapalooza en sus versiones anteriores ha tenido el honor de invitar a grandes bandas chilenas que han marcado generaciones, e incentivando el gusto musical nacional a los jóvenes. Podríamos nombrar a Los Bunkers, Ases Falsos, Los Tres y la lista seguiría. En lo que también históricos representantes han sido parte.
Pero en el caso de Los Jaivas y Chancho en Piedra, las ocasiones de ser protagonistas de los escenarios que abren las fechas han sido muchas (2012, 2013 y 2015) incluso permitiendo al grupo histórico de rock progresivo chileno tocar en la edición de Chicago del festival organizado por Perry Farrell.
Oh, nuevamente estos dos grupos: ¡Genial! ¿Pero que hace que esta ocasión más atractiva?
Los Jaivas con la formación que tienen, ponen a Javiera Parra, Francisco Bosco, Alan Reale y a Carlos Cabezas para mantener el legado de la histórica agrupación viva, en acompañamiento de los originales Claudio Parra y Mario Mutis. Los cuales tocarán su trascendental trabajo, «Alturas de Machu Picchu«. Disco que se inspira y basa su sonido en el sentimental poema de Pablo Neruda, el cual escribió durante su visita a este mágico lugar.
Este álbum más allá de ser un homenaje totalmente fidedigno a la poesía de Neruda, debe ser una de las grabaciones que más tiempo y preparación conllevo dentro de la música chilena. Desde subir a las cimas de esta maravilla del mundo, hasta recurrir al arriendo de un helicóptero, para trasladar el piano a su lugar de presentación.
También dio hincapié a la grabación de un documental, que incluyó al escritor peruano, Mario Vargas Llosa, como relator de los andares y paisajes que hicieron que Pablo en su estadía relatara y escribiera la historia del lugar de manera interpretativa. El concepto de los temas representan el sonido de lo que el poema describe y la exquisita mezcla de estilos que se llevo a cabo lo destacó en el puesto número 2 de los 50 Mejores Discos chilenos de la Rolling Stone.
En el caso de Chancho en Piedra, «La Dieta del Lagarto» con sus coloquiales e irreverentes letras, y el funk rock que muta hacia el metal y otros géneros, será el escogido para hacer prender los escenarios de Lollapalooza. El contenido del álbum siempre fue uno de burla a la sociedad chilena que estaba inmersa y dependiente de las frases clichés de la época. Con solo leer el título uno da entender que alude al dicho: «la dieta del lagarto: comer poco y culiar harto«.
Solo bastaba con ver los cascos de espermatozoides que utilizaban, para ver hacía donde iba su intención lírica y ácida manifestación de la sucia pero divertida expresión de los Chancho.
Este marca en una etapa de jóvenes que crecía dentro de una sociedad en democracia, y que no seguía las mismas órdenes conservadoras. Para empezar a soltar más la picardía, el garabateo y las referencias doble sentido de la década. Cosas que antes eran casi un castigo penal mencionarlas.
La banda con su formación intacta y llena de energía vendrá a satisfacer a los marranos fieles con este trabajo que es fundamental en la discografía del grupo.
Así esperaremos a estas bandas nacionales que han sabido trascender por sus diferentes contextos y propuestas. ¡Se viene Lollapalooza Chile!