La jornada de cierre de la octava versión del festival en el Parque O’Higgins estuvo marcada por una asistencia histórica y memorables shows que se tuvieron que acomodar a cambios de horarios y escenarios. Liam Gallagher protagonizó un momento decepcionante para los fanáticos.
Por María Fernanda Verdugo y Pablo Rebolledo
Fotos: Juan Kattan, Carlos Müller y Roblound
Los encargados de abrir los fuegos de esta última jornada fue la banda revelación del rock chileno, Kuervos del Sur, quienes otorgaron una potente presentación. Su fiel fanaticada estuvo presente a las 12:30 hrs, a quienes no le importó el insufrible calor del mediodía al corear los éxitos que pasaron como Porvenir, El Vuelo del Pillán y el nuevo single, Rayo Violeta. Independiente de dónde se presenten, los Kuervos siempre están dispuestos a dejar cada gota de sudor y esfuerzo sobre el escenario.
Más tarde sería el turno de la banda que más prejuicios y burlas recibió cuando fueron anunciados como parte del cartel del festival. Pese a esto, lo ocurrido cercano a las 2 de la tarde es la definición de la unión que la música puede ocasionar, independiente del género. La cumbia de Damas Gratis prendió a todos con su sonido callejero y local, donde sin importar las diferencias presentes entre la audiencia, unió a todos en un mismo ritmo de sinfónica, para hacer bailar a todo el mundo. Una callada de boca al ritmo de la cumbia.
Minutos después de que finalizara el show de Pablo Lescano y sus Damas Gratis, un acotado contingente de público se acercó al Acer Stage para recibir el positivo mensaje de Kapitol. A pesar de que fueron unos de los primeros que tuvieron que llevar a cabo su show en un horario cambiado, con la mayoría del público sentado en el pasto y algunos problemas en el audio, la banda chilena despachó una presentación marcada por la gratitud y la solidaridad. Muestra de aquello fue la invitación de subir al escenario que hicieron a la chilena Gabigar- quien ganó por Mejor Canción Original en el Festival de Viña 2018- para cantar Linger, de The Cranberries. Los agradecimientos eternos de Francisco, el vocalista, transformaron a la presentación de Kapitol, en el show más sencillo y humilde de la jornada.
A eso de las 4 de la tarde, el VTR Stage se invadió de la potencia de una de las grandes revelaciones de Lollapalooza Chile 2018: Tash Sultana. La multinstrumentista y cantante australiana, subió al escenario para divertirse, con una sonrisa inalterable y un disfrute que contagió a los presentes. El uso de pedales, loops y trompetas les dieron dinámica a todas sus canciones. También tuvo tiempo para agradecer al público chileno por ser parte de su primera visita al país y Latinoamérica, brindando una presentación que demostró su infinita capacidad de composición en la tarde del domingo.
Apenas terminó lo de la australiana, el Itaú Stage se vistió de vibras relajadas y letárgicas con lo despachado por Mac DeMarco. El canadiense se encontró con su fanaticada local por cuarta vez. Y es que hace varios años, el músico ha estrechado un importante lazo con el público chileno y su paso por Lollapalooza Chile 2018 no hizo más que confirmar aquella conexión. Aunque fue otro de los movidos del escenario original en el que se presentaría, su show en uno de los escenarios principales convocó a una gran cantidad de gente que, a pesar del implacable sol que acechaba el Parque O’Higgins a eso de las 5 de la tarde, vibraron al ritmo de los hits que incluyó el set como Ode To Viceroy y Chamber of Reflection. Punto destacado de su show, como de costumbre, fue su particular sentido del humor, rematado con dos covers: High And Dry de Radiohead y Under The Bridge de RHCP, cantados por el baterista de su banda en un tono intencionalmente desafinado.
Lo que vino después fue una excelente muestra de lo que es hacer música con sintetizadores para bailar, pero también para deleitar los oídos. Los ingleses de Metronomy pusieron la esencia más retro del pop al servicio de los beats en un show que tuvo su punto estelar con los hits The Bay, The Look, Love Letters y Everything Goes My Way, que destacó por el cambio de roles entre Anna Prior, quien tomó el mando del micrófono y su compañero Joseph Mount, que se encargó de las baquetas para probar lo versátil que son los integrantes de Metronomy a la hora de subirse al escenario.
Tras el término de la presentación de los ingleses, gran parte del público que presenció su show no se movió de su puesto, o más bien, intentó buscar un lugar más cerca del escenario para, lamentablemente, presenciar lo que ocurriría una hora más tarde en el VTR Stage. Liam Gallagher provocó una decepción definitiva en los fans chilenos que llevaban horas esperándolo, luego de despachar un fallido show que decidió interrumpir en la mitad de la cuarta canción. En la voz del menor de los Gallagher alcanzaron a sonar Rock N Roll Star y Morning Glory de Oasis, seguidas de sus composiciones solistas Greedy Soul y Wall Of Glass, esta ultima coartada a mitad de camino por un Liam que parecía estar protagonizando una pataleta de niño cuando dejó el escenario furioso. Si bien, más tarde se excusó explicando que estaba enfermo, la desilusión vivida por los fanáticos fue otro de los puntos bajos de la jornada de cierre de la octava versión del festival.
Muchos de los fans que esperaron que el británico volviera a escena, decidieron migrar hacia el Acer Stage para tratar de olvidar el polémico incidente con lo que entregaría Spoon. Sin embargo, lo presentado por los músicos embajadores de Texas fue mucho más que un premio de consuelo. Aunque originalmente su show estaba pronosticado para la jornada del sábado, debieron cancelarlo porque sus instrumentos no habían llegado a Chile. Pero le propio Britt Daniel se encargó de comunicar que estaban felices de estar tocando a esa hora, en la noche, en una presentación que estuvo marcada por el rechazo a Donald Trump que manifestó el frontman cuando afirmó que Trump «is a pig», afirmación que dio pie a que Gerardo Larios, el guitarrista, terminara agregando algunas palabras ofensivas al tan poco querido presidente de Estados Unidos. Hot Thoughts, Do You, Inside Out y Rent I Pay, la elegida para cerrar, movieron al show que además de saldar la deuda que mantuvieron por algunas horas tras no poder presentarse el sábado, demostró por qué son uno de los principales exponentes del rock alternativo contemporáneo.
Mientras el pop de Lana del Rey invadió una parte del Parque O’Higgins de una atmósfera femenina y sutil, gran parte del total de los asistentes apostaba que el show de The Killers sería la presentación más importante del epílogo de la edición 2018 de Lollapalooza Chile. Y, por suerte, no se equivocaron. Sin dudas, lo que entregó el cuarteto de Las Vegas era lo que el festival esperaba y se merecía. Mucho confeti, fuegos artificiales, un Brandon Flowers vestido de fiesta con trajes ajustados y brillantes, coristas apasionadas y una escenografía que apostó por la iluminación terminaron por hacer del show una experiencia digna de cierre de jornada. El homenaje que rindieron a Liam con Wonderwall a cargo de la voz de Brandon y la guitarra acústica de Ted Sablay quedaron como el momento más íntimo y conmovedor del show que estuvo movido por hits como Human, When You Were Young, Read My Mind y la infaltable Mr Brightside. Sin dudas, The Killers fue el broche de oro para un accidentado cierre del festival que, a pesar de los inconvenientes, logró dejar un sabor de boca dulce.