Hay conciertos en Chile los cuales han pasado rápidamente al colectivo de los fanáticos por sus diferentes variantes y contextos, muchos recuerdan con el corazón la vez en que Rage Against The Machine hizo temblar el Estadio Bicentenario de La Florida en su primera-y hasta ahora única- presentación en nuestro país, recibiendo los elogios de Tom Morello debido al furioso y motivado público que acompañó cada canción. O la lluviosa espera y emotiva jornada que dio Pearl Jam en el 2005, después de esperar 14 años para que el quinteto de Seattle albergara a diferentes generaciones en el San Carlos de Apoquindo.
Lo ocurrido ayer dentro de La Cúpula fue una muestra de rock and roll explosivo, demostrados en las vertientes de post hardcore que hizo estallar a un recinto repleto que esperó este momento por años de paciencia. At The Drive-In llegó con una actitud imponente que solo se destinó a arrasar con todo a su alrededor, de manera agresiva, potente y con mucha-diría excesiva- energía ruidosa. Retumbante y con guitarras distorsionadas, deleitada por la ejecución soberbia y cruda de Omar Rodríguez López en la guitarra, y el impresionante espectáculo de Cedric Bixler-Zavala como showman inquieto, creando postales memorables para los fotógrafos y jugando con su atril, en donde incluso se lanzó al público para ´Lopsided´, recibiendo el aguante del público mientras llevaban en sus brazos al alocado cantante en sus brazos.
El suspenso se creó desde el primer momento, era una bomba a punto de explotar, no había escapatoria a lo que se veía venir, y es que desde que se apagó las luces, se supo que la intención de la banda era darlo todo en este primer concierto bajo uno de los nombres más importantes de la escena post-hardcore de El Paso, Texas. Cedric agarró las maracas para darle las percusiones crecientes en ´Arcarsenal´, esto mientras Omar y Keeley Davis ambientaban el campo de batalla con su juego de efectos en sus respectivas guitarras. Paso a paso todo se iba convirtiendo en un huracán en formación, en donde en una cosa de segundos, los juegos de luces epilépticos hicieron que cada movimiento de la banda fuese un fotograma en movimiento. Cedric supo utilizar esas variantes de manera profesional, en donde lo vimos a un costado mientras en cosa de instantes, la gente tenía a la voz en frente de sus caras, haciendo bailes complicados y dándolo todo.
En su comienzo todo fue un propulsor de energía que se explayó en las más de 100 voces que estuvieron cantando todos los temas, siendo los clásicos de «Relationship of Command» los que prendieron a los asistentes con una emoción violenta. En los ambientes y habilidades de los pedales, Omar tuvo sus momentos de maestría en el manejo de sus efectos, en donde uno de los temas que no fue tocado en su última presentación en Las Vegas aprovechó al máximo estos recursos. ´Invalid Litter Dept´fue una exquisitez en directo, en donde las guitarras sumergieron a la gente en su océano de delays, dándole duro a los emotivos versos que fueron coreados de manera metafórica y literal. «Dancing in the corpses ashes» se escuchaba mientras la gente se evaporizaba de tanto aprieto en la cancha, mientras otros disfrutaban y bailaban con la canción, fue poético.
El setlist fue potente, jugando a la segura con In/Casino/Out y el material nuevo de in ter a lia, y tratando de mostrar rarezas de sus EPs igualmente, con el trabajo de estudio «Vaya» teniendo una sola parte dentro del repertorio con el tema «198d«. Para finalizar con agresividad y fuerza, el himno ´One Armed Scissor´ fue una catarsis de proporciones destructivas, que se pensó estratégicamente para cerrar una noche que desató actitud rockanrolera en todas sus variantes, entregando una presentación llena de carisma, actitud y rebeldía intacta.
Fue un show breve, pero que se sintió eterno hasta las 22:30 pm, hora a la que la banda ya abandonaba el escenario con todo el afecto de sus seguidores a tope. Bixler en un corto entremedio declaró su amor a la recepción de los asistentes, señalando que «los amo«, esto debido a la salvaje respuesta de los presentes.
La idea de haber agendado dos fechas en una misma semana tiene un propósito, el de crear una instancia única e íntima para sus más fieles oyentes en un recinto pequeño con sonido de calidad, y el de mostrarse ante un público variado en el festival Fauna, y aprovechar su estadía en Santiago. Pero lo obvio es asumir que el plato repetido que presenciaremos hoy en Espacio Broadway no será comparado con lo intenso de la puesta que La Cúpula albergó. Un debut que pulverizó nuestras cabezas, jugó con nuestra sensaciones visuales y que fue un tutorial de como tomarse el escenario por asalto, y hacerlo tuyo para siempre. Fue un acto de culto que vino a cumplir esta deuda en nuestro país por fin.