Death Cab For Cutie tiene una historia muy parecida a la de muchos grupos, ese típico momento en donde uno de los miembros sentía la necesidad de escribir o hacer música, y calzó con un compañero para concretar esto. Ben Gibbard y Chris Walla se conocen en la Western Washington University, en donde compartiendo dormitorios y empezaron a crear canciones y melodías, en donde pudieron grabar un cassete con el nombre de «You Can Play These With Chords«, el cual de inmediato les empezó a dar un reconocimiento local. Algo se acercaba, y las tintas oscuras de la angustia juvenil se iban tornando más ambientales dentro de la escena emo, y el movimiento indie rock comenzaba a tomar otro aire.
La banda ha sabido mantenerse como una de las principales dentro de lo que la escena indie de los 2000 respecta, incluso esta tuvo su primer apogeo y reconocimiento en Seattle, al haber lanzado en 1998 su primer disco «Something About Airplanes» en los estudios del sello independiente de Barsuk Records, marcando sus primeros pasos en la escena. La sensibilidad, esa tranquilidad melancólica y esa nostalgia que de a poco ha ido encontrándose con la madurez de sus discos posteriores, esos factores han puesto al grupo como uno de los actos de culto dentro del circuito, y uno de los que más se espera que toquen piso en Latinoamérica. Fauna Primavera este año se la jugó con traer debuts ansiados por muchos, y en esta arista del indie, le dio justo en el anzuelo para los que son seguidores del género, eso también en uno de los países con más auge original de este sonido de garage y juvenil, que tiene sus temple oníricos y que te teletransporta a lugares y pasajes bellos.
Su primera vez en Chile viene cargada de emotividad y una trayectoria llena de diferentes temples musicales con los cuales harán deslumbrar al público chileno este 10 de noviembre en las afueras del Espacio Broadway. Se viene un fin de semana lleno de variedad, vanguardia y música en Fauna Primavera.