Hay músicos que dependen de su pasado para ir girando por el mundo, cosa que es totalmente válida en su aplicación, pero que sin lanzar material nuevo, terminan estancandose de cierta manera y perdiendo su rumbo creativo. Bueno, pues ese no es el caso de Noel Gallagher, quien la noche de ayer supo cerrar con calidad y profesionalismo en su segundo show en nuestro país, habiendo tocado el día anterior en Concepción, con una recepción cálida que mostró ser afectiva y constante en la búsqueda del compositor manchesteriano.
Sentemos las bases desde el comienzo, los High Flying Birds no solamente son el grupo de acompañamiento de una de las mentes detrás de los himnos más importantes del siglo XX del rock británico, sino que son todos unos excelentes músicos, cada uno demostrando actitud y seriedad, mostrando ser expertos y vistosos al momento de estar en el escenario. No solamente el tener a dos ex-miembros de Oasis como lo son el enérgico baterista Chris Sharrock, y el estiloso guitarrista, Gem Archer le entregaba potencia al asunto, cada uno de los integrantes tenía maneras específicas de engrandecer el show con detalles y aportes sonoros. En el peculiar caso de Charlotte Courbe, su aplicación de los adornos en las canciones era llamativo, en donde toca las tijeras (si, las tijeras al ritmo del compás) en el tema ´She Taught Me How To Fly´, más de algún espectador quedó desconcertado frente a tal acción. Pero lo esencial, la seriedad al momento de ejecutar cada sonido a la perfección, es ridículo pero funciona.
El repertorio jugó a una carta segura, pero no la que todos esperaban, porque al menos la nostalgia no fue ganadora en esta ocasión. Si bien los clásicos de ´Wonderwall´, ´Don´t Look Back in Anger´ y ´Whatever´ fueron puntos emocionantes en donde el público cantó a lloricadas, las canciones de «Who Built The Moon» estuvieron a otro nivel en vivo, demostrando que su nuevo material tuvo peso importante en el transcurso del concierto. Fácilmente Noel hubiese llegado con un setlist de temas propios, y habría entregado un show de calidad. Él ha sabido crear su propia historia con este grupo, y en vivo están más sólidos que nunca.
En términos de organización y observación, faltó más gente que llenara el recinto ocupado para el evento, durante el show de los High Fying Birds hubo mucho espacio en el sector VIP, en donde fácilmente podrían haber dejado pasar a la gente de cancha general-en donde también había ausencia de gente- para crear una experiencia mucho más bonita. Pero en ese sentido, la promoción del evento igual hizo un efecto contradictorio.
El sonido tuvo una percepción relativa desde diferentes puntos, mientras algunos jóvenes en reja insistían en que los equipos de sonido comenzaron a cortarse en el show, otro afirmaron que en ese sentido todo fue espectacular. Nada claro.
Noel independiente de estas circunstancias, logró demostrar ser algo más que un ex miembro de Oasis, dejó un nuevo paso en nuestro país, en donde terminó de enamorarse de nuestras tierras, derrochando su talento con una audiencia entregada a su obra. Pero lo más importante, su presente es potente y no muestra bajas, él no se conforma con darle caja a sus temas antiguos, sino que emprende un crucero a mares desconocidos, para encontrar un nuevo tesoro. En este caso, el cofre es uno de los mejores shows en vivo de la actualidad, y un legado que no está sujeto a nada. Esto es lo que ocurre cuando el presente importa más que la nostalgia.
Es así como una jornada mixta en producción de eventos cerró su primera edición con un peso pesado de la música, no creando el ambiente esperado para una velada como esta, pero al menos recordándonos lo importante que es avanzar en la vida, sin tener la necesidad de volver atrás. Al menos en ese sentido, Noel siente que Alexis Sanchez tomó una malisima decisión al escoger al United como su nuevo equipo. No es el mismo tópico, pero al menos la referencia se entiende. No se puede retroceder el tiempo.