Son las 21:13 cuando se encienden las pantallas del Teatro Caupolicán. Una audiencia ensordecedora grita desesperadamente para que la banda liderada por Bernard Sumner suba al escenario, tal reacción no debe sorprender a nadie: New Order es parte importante de la banda sonora de muchas generaciones.
Una breve introducción audiovisual muestra imágenes de deportistas olímpicos realizando piruetas en el aire, antes de caer en una piscina y sumergirse en el agua. Tal señal de delicadeza y magnificencia representa a la perfección la carrera de la banda originaria de Manchester, quienes han logrado combinar belleza y sobriedad de manera excepcional. Luego de que los asistentes observaran atónitos los videos en blanco y negro, Sumner y compañía se presentan para interpretar las primeras notas de Singularity, uno de los hits de Music Complete (2015), su último álbum de estudio.
La energía del grupo es desconcertante. Un apasionado Bernard Sumner expresa “I can hear your cry out there and I can feel you close to me” (“puedo oír tus gritos allá afuera y puedo sentirte cerca de mí”), mientras se proyectan registros históricos de jóvenes protestantes enfrentándose a policías y militares en el lado oeste de Berlín, durante la existencia del muro que se derribó en noviembre de 1989. Tal mensaje político da cuenta de la importancia de recordar los episodios decepcionantes que ha sufrido la sociedad y en los cuales la música siempre ha sido un motor para la expresión y la unión para las personas que la conforman.
Luego de que los británicos interpretaran Ceremony y Academic, se escucha el inicio de Crystal, una canción compuesta a partir de la rabia y pasión más profunda, lo que genera un intenso movimiento entre el público. Mientras tanto, se proyecta a una banda de rock adolescente que posee un set de batería en el que se puede leer “The Killers”. Si bien tal nombre es hoy más que conocido, la realidad es que el conjunto liderado por Brandon Flowers lo eligió en honor al grupo ficticio que aparece en el videoclip. Esta es solo una prueba más de la influencia que ha tenido New Order en las bandas más contemporáneas, las cuales se han nutrido, directa o indirectamente, del sonido y la lírica del conjunto británico.
Después de tocar Restless y Your Silent Face, Bernard Sumner guarda su clásica Gibson para comenzar a bailar y cantar Tutti Frutti e iniciar así una verdadera fiesta de colores y ritmos electrónicos en el Teatro Caupolicán. Desde este minuto, el ex guitarrista de Joy Division se pasea por el escenario y acerca su micrófono a la audiencia, para que así puedan cantar los coros de la canción. No conformes con la gran energía que ya entregaron los asistentes, los británicos siguen con People On The High Line, Bizarre Love Triangle, Waiting For The Siren´s Call y Plastic en un orden estratégico para exigir al público la más alta motivación.
Una vez que los fanáticos ya están totalmente entregados a la música, los ingleses interpretan The Perfect Kiss y True Faith, para luego seguir con Blue Monday. Esta última, catalogada como la más conocida de la banda, fue una de las canciones más significativas de la década de los 80’s y logró influenciar a una infinidad de artistas ligados al post-punk, el rock alternativo y la música pop. Incluso, se mantuvo trece semanas en el primer puesto de los singles independientes más vendidos de Reino Unido en 1983, mientras que This Charming Man de The Smiths logró el segundo lugar con solo un total de siete. Posteriormente, la banda sigue el concierto con Temptation para luego agradecer y retirarse rápidamente del escenario. Ante la repentina salida, los fanáticos comienzan a cantar para exigir el encore de costumbre en los conciertos del estilo. Muchos sabían con anticipación las canciones que faltaban, tal vez las más importantes para algunos.
No pasan más de cinco minutos para que New Order vuelva al escenario a interpretar Atmosphere, una de las tres canciones de Joy Division que fueron incluidas en el setlist. La audiencia explota de emoción cuando se proyectan fotos y videos del vocalista Ian Curtis, quién se quitó la vida a los 23 años tras lidiar contra una depresión severa y constantes ataques de epilepsia. El segundo encore de la noche es Decades, una de las canciones que formó parte de Closer (1980), el segundo y último álbum de estudio de la banda. Finalmente, Bernard Sumner y compañía deciden cerrar el espectáculo con Love Will Tear Us Apart.
Lo vivido el 9 de enero en el Teatro Caupolicán quedará por siempre en la memoria de cada uno de los asistentes, quienes fueron testigos de una noche en la que el baile, la desesperación, la crítica política y la espiritualidad estuvieron presentes cada segundo. A fin de cuentas, esa es una de las grandes enseñanzas que ha dejado New Order: La necesidad de contemplar y experimentar cada una de las emociones que puede sentir un ser humano.