Por Alexis Paiva Mack
Es conocido el hecho de que la segunda mitad del siglo XX fue la cuna de diversos géneros musicales y bandas que marcaron la historia. Desde los clásicos blues de protesta hasta el metal más agresivo, probablemente ningún estilo ha logrado llamar tanto la atención de los jóvenes como lo ha hecho el punk rock. Este estilo, que encontró a sus más grandes exponentes en bandas como Sex Pistols y The Ramones, nació desde el underground más puro para luego convertirse en una de las atracciones principales de los agentes de marketing. A pesar de que algunos más pesimistas han popularizado la frase “punk is dead” (“el punk está muerto”), la verdad es que tal afirmación no podría estar más errada: Este sigue vivo y en constante transformación, pero se ha distanciado de las masas y el negocio del mainstream.
Son pocas las bandas de punk que han logrado mantenerse vigentes y conservar a más de uno de sus integrantes originales en su alineación, por lo que cuando se piensa en una que reúna ambas cualidades es inevitable mencionar a The Adicts.
El grupo nace en Suffolk a mediados de los años setenta, casi a la par de UK Subs y Black Flag. A pesar de que el género que los reúne tiende a poseer un carácter rápido y agresivo, The Adicts fue una de las pocas bandas de la época que mostró seguir un camino distinto, fuertemente influenciado por el cine y el glamour. No es coincidencia que la imagen del grupo tienda a relacionarse con los clásicos “drugos” de la película dirigida por Stanley Kubrick, como tampoco lo es que el álbum favorito del guitarrista Pete Dee sea Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972).
Ya desde su debut titulado Songs of Praise (1981), la energía explosiva del grupo y su irónica puesta en escena marcaron diferencias con el resto de las bandas punk contemporáneas, estilo que se acentuaría un año más tarde con Sound of Music (1982).
Hoy, con un total de once discos de estudio, la banda se mantiene componiendo música y presentando conciertos alrededor del mundo. Y a pesar de que sus integrantes no mantienen el mismo físico que poseían en sus inicios, esto no parece ser un impedimento para la exitosa promoción de So It Was So! (2017), su último disco que los traerá a Chile el próximo 10 de marzo.