ALEXIS PAIVA PABLO REBOLLEDO
El primer día tuvo sus momentos, pero los actos más grandes tuvieron sus caídas-específicamente para el caso de Lenny Kravitz- convirtiendo esa primera sensación en una agridulce. Para el segundo día muchas cosas cambiaron para bien, no solamente había un flujo de público mucho más presente e interesado en los artistas que irían a presentarse, sino que hubo momentos que pasaron a ser icónicos y curiosos respecto a todos sus géneros. Ahora les daremos nuestras selecciones al respecto.
THE FEVER 333
Radicales, violentos, contestatarios y el acto más brutal que se vio en la tarde del día sábado, en el arenoso escenario del Acer Stage. Fever 333 llegó a nuestro país-tal vez- sin expectativas, pero al ver que la rabia es una energía innata de nuestras raíces latinoamericanas y su pasado dictatorial, el trio simplemente explotó y entregó la intensidad que es necesaria hoy en los escenarios de todo el mundo. Un discurso femenista empoderado, el amor a la mezcla de culturas y la sorpresa de ver la cotidianidad del metal del público chileno, su vocalista Jason Butler no lo creía, incluso recibió el piropo de una presente, al escuchar el cantico de mijito rico (primero le gusto la melodía, después entendió lo que le decían), pero el carisma de sus compañeros de crimen, Stephen Harrison (Guitarrista) y Aric Improta (batería) fueron el combustible para agregarse a la lista de presentaciones más potentes que se han visto de manera debutante en el país.
Se puede comparar con la de Royal Blood el año pasado, pero se defiende totalmente sola como una de las más demoledoras del Lollapalooza en estos años de realización.
PALOMA MAMI
Independiente del género musical que escuches, uno debe reconocer cuando un fenómeno musical está ocurriendo, y es que a Paloma Mami le bajaron mucho el perfil previo a su presentación, señalando con el dedo la exagerada duración de su participación. 20 minutos, de una cantante que ha acaparado la mirada de todo el mundo sorpresivamente, y con halagos de todos los medios y prensa especializada en música. Teniendo eso en cuenta, haber visto la enorme y gigantesca cantidad de gente que la fue a ver solo por esos 20 minutos, basto para sellar que su momento no será efímero, sino que será tal vez una de las carreras musicales chilenas más exitosas que se vendrán a futuro.
NOVA MATERIA
El dúo formado por Caroline Chaspoul y Eduardo Henríquez ofreció un espectáculo rupturista y atractivo en el Aldea Verde Stage. Elementos como rocas, lijas, maderas y trozos de metal son solo algunos de los instrumentos que la banda utiliza para interpretar su música, la cual se acerca considerablemente al género dance, pero sin perder los elementos post punk que dan al show una apariencia sobria y oscura. A pesar de que al mismo tiempo se presentaron artistas como Years & Years y Paloma Mami –los cuales llamaron la atención de la mayoría los asistentes en ese horario–, la agrupación entre la francesa y el chileno logró captar la atención de un público diverso, el cual se vio sumergido en un trance entre la música y el baile.
POST MALONE
Uno de los artistas más esperados por los asistentes se presentó con un leve retraso en el Banco de Chile Stage. Su energía es creciente y pasional, mientras que su sonido no perdió definición ni consistencia en ningún minuto. Si bien el reconocido cantante subió al escenario de manera solitaria –no hubo ningún instrumentista o DJ junto a él–, no tuvo complicaciones a la hora de conectar con el público y expresarse de manera aparentemente sincera.
INTERPOL
Sonido impecable, show estático y para muchos aburrido, pero lo que importa en la fórmula de Interpol es ser estratégicos y privados dentro de sus canciones marcadas por el ritmo, melancolía y el detalle más perfecto a lo logrado en estudio. Si bien el moverse por el escenario no es su fuerte predilecto, pero el ejecutar la precisión de sus canciones es lo que hace este recital en uno de esos que había que presenciar. Calidad y escenario que mostró intimidad.