La filmografía del director Quentin Tarantino- desde un comienzo – fue una mirada personal para tratar de replicar y homenajear todas las tomas de películas que este vio desde su infancia en adelante. Eran esos guiños en clásicos de culto como «Perros de Calle» y «Pulp Fiction» los cuales se les hizo quisquillosos a todos los cineastas expertos, quienes concluían en que esto era plagio, o simplemente una manera brillante de devolver ese toque de elegancia perdido del cine. Esto, obviamente enfrentado al hecho de que el juego de contradicciones en escena le otorgaba otro toque del director, al mezclar escenas de ridícula violencia, mientras de fondo suena la melodía o la canción más alegre de la historia. Esos métodos lo han convertido en unos de losa mejores en lo que hace, en uno de culto. Ya habiendo subido muchos escalones desde ese punto, y teniendo en cuenta el asegurado y débil trabajo que fue «Los 8 + Odiados», pues Quentin tenía que volver en gloria para su noveno-y supuestamente- penúltimo filme.
«Once Upon a Time in Hollywood» causó mucha expectación previo a su salida, esto debido a la temática que abordaría en detalle, nada más ni menos que todo el rollo del culto que involucró los asesinatos perpetuados por «La Familia», todos orquestados por la mente siniestra y perturbadora de Charles Manson. O sea, veríamos en escena todo lo que fue el macabro asesinato a la famosa actriz y esposa de Roman Polanski, Sharon Tate. Incluso con ese anuncio, Tarantino quiso estrenar la película en la misma fecha de los hechos, para darle publicidad más cercana a la polémica que al éxito, y por los hechos obvios, esto no ocurrió.
Pero lo que llamó la atención de verdad, fue que por fin él logró lo que muchos directores trataron de hacer por décadas: juntar a Leonardo DiCaprio y Brad Pitt en una sola película, como protagonistas. Eso agrégale a una versátil actriz como Margot Robbie usando sus dotes físicos y visuales para representar a una-impactantemente- similar Sharon. Sumale a Al Pacino compartiendo escenas con estos dos grandes actores contemporáneos y el resto de los regalones del director. Nada podía fallar acá.
Ya que estamos hablando de lleno sobre el casting, demos por sentado que el punto más atractivo de la película es ese mismo, estrella tras estrella, cada una con sus minutos contados y en momentos justos y precisos, pero robándose sus escenas por completo. La dupla Pitt- Dicaprio es la perfecta mezcla de hedonismo y choreza, un personaje más egocéntrico que el otro, uno más sencillo y el otro más aproblemado, muchos se acordarán de Cliff Booth y Rick Dalton saliendo del cine como una pareja icónica. La química y personajes se notó que fueron muy bien trabajados, y que Tarantino de hace muchos años tenía algo planeado para estos dos actores, que anteriormente, compartieron en «Bastardos Sin Gloria» y «Django: Unchained» por separado. Algo se tenía que cosechar, y en esta película resultó de manera magnifica, como si alguna vez los hubiésemos visto en pantalla, pero olvidando que de verdad es la primera- ojala de muchas- duplas de estos dos excelentes actores.
Margot Robbie, habiendo probado papeles desafiantes como «Yo, Tonya» y la caricaturesca representación como Harley Quinn en la fallida «Suicide Squad», pues ahora aprovechó de otorgar una simpatía irradiante, que se percibe muy natural y feliz de los lujos que tuvo que representar como Sharon. Se nota que se le pidió ser una mujer que goza de su vida de fiestas, glamour y el movimiento hippie en su apogeo, y lo hace bien. Pero su participación dentro de la historia llega a ser clasificada en la misma que muchos otros personajes, en el punto que opinaremos ahora.
Todo lo que se promocionó anteriormente con Margot, el personaje de Charles Manson y las escenas del culto en donde planeaban todo el asesinato, razón por la que muchos quedarán con gusto a poco, si de expectativas fijas con ellos querrían algo. Pues lo que son -finalmente- son complementos de una historia que va tomando narrativas clásicas como las de Pulp Fiction y Bastardos Sin Gloria, inclusos con guiños muy bien escogidos para los reales amantes de su filmografía. Tal vez por eso mismo, la historia para muchos se les hará tediosa o -en el caso más extremo- decepcionante, pero si de verdad gozas de lo que su dirección fotografía y arte refiere, no notarás que las horas pasan, y terminarás fascinado. Básicamente, esta película trata fijo sobre Rick y Cliff.
Se sabe que toda la historia sobre el Hollywood del año 69 – y específicamente el asesinato de la Familia Manson- fueron hechos reales, cosas que están más que documentadas y que tienen inclusos fotos de los hechos. De por sí, esperar que Tarantino respete la realidad es una cosa que nunca ocurrirá, y tal vez ese será el capricho por el cual muchos amarán u odiaran instantáneamente este film. Porque si bien, esta idea de hacer una película basado en los años 60s – época que Tarantino enormemente admira- recordemos que él fue la persona que decidió matar a Hitler con ametralladoras mientras el símbolo nazi se quemaba en todos sus alrededores. Y que decir de Django, una oda a la destrucción de la obra y transformada en un tipo de justicia en las manos del director.
En dirección de fotografía, arte y tomas, nada que decir, además de los siempre distintivos fetiches de pies que tiene, y las tomas secuencia al interiores de los autos, pues acá quiso mostrar un Hollywood más panorámico, una extensión más amplia de su conocimiento, en todos sus sectores. El trabajo se ve muy dedicado a mostrar el tipo de filmación y las recreaciones televisivas de la década. Pero lo más llamativo, es la necesidad de hacer escenas muy exteriores, con tal de que parezcan parte de la dirección de arte casi, eso referido a la representaciones de westerns de TV, programas o comerciales de a época y eso agrégale los guiños a sus marcas propias que siempre quedan.
La ambientación de la época es soberbia, de verdad casa detalle, cartel y vestimenta fueron uno de los lujos que el director se pudo dar en este nuevo acto.
De lo que saldrás de la sala, si o si, es lleno de risas por las insólitas situaciones planteadas y por el desarrollo de los hechos, porque el brillante humor negro del guión es uno muy especifico, uno que trata de usar los clichés como el chiste, y hacerlos más exagerados que los de su época. En ese sentido, hay diálogos excelentes de situaciones de las que Quentin ya nos tiene acostumbrados, y con tal de que sean bien ejecutados y elaborados, siempre serán bienvenidos.
Es la película que Quentin Tarantino siempre quiso hacer, con perfecta ejecución en lo técnico y probando con más presupuesto para hacer transiciones interesantes y llamativas. Pero en lo que es la historia, muchos quedarán con gusto a poco- o les fascinará- el anacronismo que se muestra, de manera grotesca e hilarante, porque lo que tiene de sobra esta película es el mejor humor negro del director, una comedia hilarante que remata con la violencia sello del mismo. Es claramente, ese giro lo que hará esta peli en algo divisorio, pero digno de ser admirado de un cineasta original y rompe esquemas como él.