Por Alexis Paiva Mack
Los orígenes de Big Thief se remontan a la banda anterior del guitarrista Buck Meek, la cual abrió un espectáculo de la cantante Adrianne Lenker en 2010. Unos años más tarde, ambos músicos se encontraron sorpresivamente en un supermercado, en el momento preciso en que ella recién se estaba mudando a New York. Ambos se reconocieron y decidieron juntarse a tocar música, una costumbre que se repitió todos los días y los llevó a formar un proyecto que vio su primer disco, titulado Masterpiece, en 2016.
El pasado 11 de octubre, la agrupación estadounidense publicó Two Hands (2019), el cuarto álbum de estudio de su carrera y el segundo lanzado este año, solo cinco meses después de U.F.O.F. (2019). Ante este escenario, Buck Meek comenta a Ruta Rock los detalles de su última producción.
¿Cuál es el objetivo o el propósito de publicar dos álbumes en un solo año? ¿Existe una relación conceptual entre ellos?
-Así es, ambos son del mismo grupo de canciones, unas 40 o 50 que fueron grabadas en el transcurso de un par de años. El sentimiento de ambos vino de este recipiente de temas, por lo que son como hermanos. Si bien son individuales y únicos, están relacionados de alguna manera.
¿Qué música escucharon durante el proceso de composición?
-Nuestro productor tiene una regla, en la que nos prohibió escuchar otra música mientras grabamos ambos álbumes. Es un poco loco y extraño, pero él sabe lo que hace.
¿Cuál consideras que es la diferencia esencial entre Two Hands y U.F.O.F.?
-El último es más rockero. El primero fue grabado en muchas capas y pasamos bastante tiempo en la repetición de sonidos diferentes y procesados, mientras que el más reciente es el resultado de las primeras o segundas tomas en el estudio.
Two Hands se grabó en Sonic Ranch en el desierto de Chihuahua. ¿Cómo influyó este ambiente en el sonido del álbum?
Hacía mucho calor, más de 100 grados Fahrenheit (37C) y estábamos cerca del límite entre México y Estados Unidos. Tornillo (Texas) tiene uno de los campamentos que mantiene a niños inmigrantes en la frontera, por lo que estábamos conscientes de la tensión entre nuestro país y el vecino. A nosotros nos repugnaba esa situación, por lo que fue un elemento emocional en el que estuvimos pensando. Por otro lado, había varios animales salvajes que rodeaban el territorio, por lo que —en ese sentido— éramos testigos de una épica infinita.
Existen muchas bandas de indie rock que suenan similar, pero creo que el sonido de Big Thief tiene un carácter más emocional que el de otras. ¿Cuál crees que es la esencia de su música? ¿Qué sientes cuando escribes canciones?
-El proceso de materializar las emociones es nuestra inspiración central. Estamos hechos de emociones y eso es lo que nos hace humanos, por lo que buscamos desenmascararlas para así llegar a algo concreto.
¿Cómo es el proceso de composición entre ustedes?
-Generalmente, Adrianne escribe la letra y la melodía de las canciones. Después se sienta con nosotros y nos la muestra, para que así descubramos la música juntos y cada uno vaya agregando su toque como si el tema siempre hubiese estado ahí. Construimos en conjunto, pero nuestro método es difícil de explicar.
El nombre del grupo hace referencia a un elemento de culpabilidad, pero por otro lado, su música genera una sensación melancólica y pensativa. ¿Por qué decidieron adoptarlo?
-Creo que el significado central se basa en la idea de que el humano, la consciencia colectiva de nuestra naturaleza y el lenguaje son como un engaño, en el que todos perdemos algo. Todos los sistemas que usamos para expresarnos y comunicarnos interna y externamente están predeterminados por factores ancestrales que han sido traspasados entre distintas generaciones como un regalo. Y claro, siempre hacemos trampa y evolucionamos, pero es un proceso lento que toma miles de años.
¿Han pensado en venir a Sudamérica?
¡Sí! Estoy muy ansioso de tocar en México y en Sudamérica, definitivamente es una idea, además del sudeste asiático, Japón y África. Quiero que toquemos en cualquier lugar que podamos. La gente necesita música en cualquier lugar, sin importar su religión o su condición de vida, esta puede trascender todo eso.