Por Andrés Cornejo
Ayer se vivió una noche 100% rockera con el debut de Blues Pills, banda que ha llamado la atención de diversos medios por ser la resurrección del blues-rock, y vaya que están en lo cierto tales afirmaciones. Literalmente salimos con los pelos de punta y sin palabras, fue un show preciso y expedito de hora y media lleno de guitarras explosivas y cantos potentes de una banda que con apenas 3 discos bajo la manga está empezando a conquistar el mundo.
La noche bluesera dio el vamos con la banda nacional El Cruce. El sexteto trajo al teatro de San Diego su denominado “Blues Criollo” con canciones cargadas a las guitarras, pianos y armónicas con toques de jazz, suficiente para que la gente se fuera apilando en la cancha y preparando para el plato fuerte.
En el segundo round llegan al escenario las leyendas nacionales Aguaturbia, los cuales con 50 años de trayectoria aún logran satisfacer a los espectadores con una voz intacta e igual de poderosa por parte de Denise Corales, quien junto a su esposo Carlos Corales a cargo de la guitarra lograron sacudirnos y sorprendernos por la energía que lleva la pareja al escenario. El momento más memorable fue cuando Denise, emocionada hasta las lágrimas y con pañuelos en su mano, logró cantar a la perfección un cover de «To Love Somebody» de Janis Joplin.
Siendo las 21:30 llegó finalmente el momento más esperado de la noche. Un remezón fuertísimo de baterías sonaba en cada rincón del Cariola por parte del sueco André Kvarnström, mientras que la guitarra del francés Dorian Sorriaux, cargada con efectos sucios y pesados introducía el primer tema de la noche «Proud Women» de su más reciente disco de estudio “Holy Moly” (2020). La frontwoman sueca Ellin Larsson aterrizó en el escenario con una energía inconmensurable para cantar a todo pulmón: “I’m a proud women, and I’m not the only one.”
Continuando sin pausas suena la ruidosa «Low Road» intensificando más la fanaticada que bailaba al ritmo de las extraordinarias guitarras de Sorriaux. Luego prosiguieron con dos temas más de “Holy Moly” siendo las demoledoras «Dreaming My Life Away» y «Kiss My Past Goodbye». A este punto del show habrán pasado 20 minutos y se sintieron como una bofetada eléctrica que elevó nuestra adrenalina al 100 queriendo oír más y más del cuarteto de pelos rubios.
Aceptando nuestra petición arranca «Astralplane» y comienza nuestro viaje astral al psicodélico sonido de Blues Pills. Luego aterrizamos en un árido desierto alucinando con «Ain’t No Change», donde Larsson, ahora junto a su pandereta, se lucía con su flamante voz con notas muy altas pero que alcanzaba con facilidad.
A este punto es admirable la energía del cuarteto que pone en su exigente presentación, puede no ser un show muy largo pero cada canción es tocada fuertemente y fieramente que te deja más que satisfecho. Y lo anterior se pudo presenciar en «Bye Bye Birdy» donde la incontrolable Larsson se lanzó al público a cantar a todo pulmón en crowdsurfing. Pensando que ese era el final del show, Blues Pills regresa al escenario a petición del extasiado público que pedía escuchar más, para interpretar el último tema de la noche «Little Sun«.
Con nuestros oídos reventados y cabezas dadas vueltas esperamos pacientemente en que la agrupación regrese al país y haga lo que mejor sabe hacer: rockear.