Por Claudio Miranda
Fotos por Mario Miranda
El terremoto provocado por Animals As Leaders durante sus 15 años de carrera, parece tener como epicentro nuestro país. Puede que se malentienda como una declaración chauvinista, pero el culto al metal de vanguardia a nivel local es constatable a kilómetros. En el caso de los de Washington DC, y tras su debut en suelo patrio allá por 2017, el regreso era cosa de tiempo, incluso con el delay provocado por la emergencia sanitaria que detuvo todo a nivel global. Un parón de casi dos años que Tosin Abasi, Javier Reyes y Matt Garstka aprovecharon para pulir hasta el último detalle de su más reciente producción Parhesia, editado en marzo del año que se nos va y de lo más destacado a nivel de lanzamientos discográficos en esta temporada.
El arrastre que provoca Tosin Abasi es entendible e inexplicable a la vez. Un revolucionario de la guitarra que marcó un momento angular en el metal de corte técnico para muchos exponentes y practicantes de las seis cuerdas. Como llega a abrumar el caos sistemático que Animals As Leaders proyecta en cada surco, muy rico en matices y ritmos de todos los gustos, pero siempre arraigado en el lado más elegante y complejo del metal. ¿Prog? ¿Djent? ¿Funk-Jazz Metal? En vivo, cualquier etiqueta supuesta se diluye ante lo que importa.
Empezando con el acto suporte, y si hablamos de ‘culto’ a nivel nacional, el nombre de Koke Benavides resulta familiar y obligatorio. Dueño de un currículum abismante como músico de sesión y docente, su etapa al frente de los míticos Octopus y sus producciones en solitario señalan una identidad que desafía las leyes de la física con la soltura propia de un veterano. Y contando con la presencia de Pablo Martínez en batería, el acto de apertura se transforma en una clínica de jerarquía con la intensidad propia de un estilo tan exigente como camaleónico.
Entre el material correspondiente a su álbum Perspectiva, y algunos pasajes dedicados a Octopus, el despliegue de Koke Benavides en las seis u ocho cuerdas es abismante. Son casi 20 años de carrera resumidas en cerca de 40’ de música elegante y sofisticada, donde el universo biomecánico de su estilo se convierte en un desafío para oídos entrenados y un deleite para los amantes del virtuosismo en su faceta más moderna. Una sensación parecida nos deja Pablo Martínez, quien pone su experticia a disposición de un escenario en que las posibilidades son tan infinitas como cercanas para quienes real ente pulen sus capacidades ante lo requerido.
Con el arranque de “Tooth and Claw”, el retorno de Animals As Leaders es un hecho y la locura en el público es inminente. Nada de preámbulos ni pompas superficiales; acá vienen a lo que espera todo melómano y amante del prog moderno, donde la exigencia y el ingenio adquieren dimensiones bestiales. Y es que cuando pasamos a las siguientes “Nephele”, “Arithmoiphobia” y “Ectogenesis”, se nos viene encima una tonelada de calidad y maestría que tanto en el directo como en el estudio terminan por definir la senda de la última década.
En el marco de la promoción de Parhesia, la tirada con “Gordian Naught”, “Conflict Cartography”, “Thoughts and Prayers” y “Gestaltzerfall” es matadora, con Abasin demostrando su clase como referente en las cuerdas a nivel de sonido y creatividad desbordantes, mientras que Javier Reyes acompaña en la construcción del muro sónico de AAL con una firmeza brutal. En tanto, la batería a cargo de Matt Garstka parece hacer y deshacer todo a su antojo en cada golpe, mientras la entrega del público resume lo que es el trío de Washington en toda su majestad.
Así como “Wave of Babies” y “Red Miso” nos hacen viajar y saltar de un universo a otro, la catarsis final de la clásica “Cafo” nos deja sin aliento. Y es que como Javier Reyes nos lo dice en algún pasaje, el país más “metalero” que han visto los Animals queda entregado nuevamente a la cátedra de matemática y demencia animales de la música más demandante que pueda existir. Todo al placer del oído y los sentidos, Animals As Leaders llegó y volvió para imponer su liderazgo, uno que parece expandirse hasta dos o tres milenios más.