Por Bayron Ríos
Fotos por Fabio Mangili
La cartelera musical de este domingo, liderada por la enérgica presentación de Paramore y los 40 años de D.R.I., completó el cartón con el esperado show en solitario de Lauren Jauregui, concierto cargado de R&B y sensualidad pero que no estuvo exento de tensos momentos.
En el marco de la gira “An Evening With Lauren Jauregui”, la estadounidense regresaba al país en su cuarta visita (en dos ocasiones junto al grupo Fifth Harmony y como telonera de Halsey durante el 2018), pero esta vez presentándose de manera solista con un show enfocado en su EP “Prelude” lanzado hace dos años.
Con filas de fanáticos esperando horas antes de la apertura de puertas, la ansiedad se hacia palpable en el recinto en los minutos previos al comienzo del concierto. La histeria y el intenso calor humano conjugaban en contra hasta el punto de hacer subir a producción, con micrófono en mano, pidiendo espacio para los fans que se encontraban apostados en la reja de contención. Aunque poco y nada hicieron caso porque la situación se volvería a repetir minutos más adelante.
Ya con un poco más de distancia en las primeras filas, las luces se apagaron y se cortó la música para dar inicio a la presentación de Lauren, abriendo con el reggaeton “Lento” desatando un verdadero muro sónico de gritos ensordecedores por parte de los fans, dejando en claro que darían todo por ella.
En una jugada perfecta para calmar los ánimos llegó “While I´m Alive” y “50ft”, canción que contó con la complicidad de los fanáticos a elevar luces de linternas en forma de velas al momento en que ella canta “enciendo una blanca velita”, confirmando el vínculo entre ella y la fanaticada, aunque de igual forma les llamó la atención pidiendo espacio a las primeras filas, pero esta vez viniendo directamente de ella.
La situación se escapó de las manos durante “Don’t Wanna Say”, alcanzando a sonar solo segundos de la canción porque Lauren pidió cortar el show exigiendo que el público se corriera hacia atrás para generar distancia entre los fans más apretujados que estaban en la reja. Fueron minutos tensos, la cantante tuvo que dejar el escenario ante la nula disposición del público, mientras un par de fans tuvieron que ser sacados por la barricada antes que el show se convirtiera en tragedia.
Después de largos minutos tratando de ordenar el caos del público, producción dio el visto verde y Lauren pudo regresar al escenario junto a “Trust Issues” canción nueva en su repertorio y que finalizó con una desahogador “coño, me tienen nerviosa”, ante la situación vivida.
El concierto siguió en tierra derecha con la coreada “Sorry” y “Scattered”. “Falling” fue uno de los puntos altos de la velada, coreada a rabiar por los fans y con una sentida performance por parte de sus dos bailarinas que acompañaban a la cantante. El tramo final del concierto vino con la potente y esperada “Expectations”, dando punto final al concierto con el reggaetón “Piña”.
La artista consagró su vínculo con sus fans nacionales, que fueron los verdaderos protagonistas de la jornada por su notable compromiso hacia ella, más que el concierto en sí mismo siendo lo más memorable de la velada. Con un show bastante austero, sin banda de apoyo solo con bases y tracks vocales de ayuda, y con solo dos bailarinas, Lauren demostró tener pasta de estrella internacional, aunque manteniéndose en rodaje en busca del punto exacto.