Texto: Bayron Ríos
Fotos: Juan Kattan – Kattan.ph
Resulta curioso que un artista con casi nula repercusión mediática o que acapare grandes marquesinas, logre tal nivel de devoción como es el caso de José González. Pero esta situación no es antojadiza, ya que el cantautor sueco con ascendencia argentina mantiene una relación de hace más de quince años con nuestro país, cosechando un gran número de fanáticos y de presentaciones a lo largo del país.
La jornada comenzó con la siempre certera Tiare Galaz, más conocida como Niña Tormenta, quien acompañada de su hermana Macarena, interpretaron un puñado de canciones que lograron inmediatamente con el mood dispuesto para la velada. Canciones como “Mi Pena”, “Pequeñas Esperanzas”, “Tu cabecita y la mía”, “Las Cosas Lento”, hasta un cover a Víctor Jara en “Lo Único Que Tengo”, fueron el caldo de cultivo para generar un momento de genuina intimidad en el Teatro Coliseo, donde la calidez de su voz, los sentimientos expresados, la cadencia y delicadez del bombo eran los actores principales de la presentación.
El mood de la jornada se acrecentaría con el puntual arribo de José González a escena, tomando por sorpresa a todo el mundo cuando aun no se apagaban luces ni la música se cortaba. El sueco realizó ademanes de saludo y de inmediato se colgó la guitarra para interpretar “With The Ink of a Ghost”, e inmediatamente la solemnidad se tomó por completo el recinto de Nataniel Cox.
En “Valle Local” demostraba su calidad como guitarrista, en una de las pocas canciones más “bailables” y en español que formaron parte del set. El sueco también revisó parte de su último trabajo de estudio, “Local Valley” (2021), con la tripleta “Void”, “Horizons” y “Head On”.
“Open Book” fue una de las más coreadas y esperadas, junto a “Line of Fire”, original de Junip, banda donde milita González. Con “Swing”, el cantautor colocaba una cuota más amable a la parsimonia que se vivía en el recinto, gracias a una juguetona caja de ritmos.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada se vivió con el cover a la hermosa “Blackbird” de Los Beatles, donde el público jugó un rol fundamental al replicar el silbido de los pájaros a la mitad de la canción.
“Visions” fue otro punto destacado de la noche, al igual que “El Invento”, canción en español y que el público agradeció enormemente. Uno de los hits más conocidos de González, su propia lectura al clásico “Teardrop” de Massive Attack fue el punto final al tramo central del show.
Tras una rápida vuelta, el cantautor despachó un par de covers a modo de elección del público, siendo “Let’s Stay Together” de Al Green la elegida, sumada a “Love Will Tear Us Apart” de Joy Division como regalo. La infaltable “Heartbeats” de sus compatriotas The Knife también dijo presente, para cerrar la presentación de forma definitiva con “Killing For Love”.
Aunque la hora y media que duró el show se sintió que avanzó demasiado rápido, la tranquilidad que evoca la presencia y la voz de González quedará en la retina de muchos de los presentes y que irá alimentando el fueguito interno propio, un refugio para sobrevivir el día a día. A veces los mejores shows no necesitan tanta parafernalia y lo del cantautor es prueba inequívoca de ello.