Por Ignacio Bataller
Imagenes por Francisco Aguilar – Spider prod.
Tras largos años de anticipación, los seguidores del black metal han anhelado la llegada de su rey. Finalmente, ayer se hizo realidad con la presentación en la sala Metrónomo, donde mostró su tan esperado álbum, «Dread Reaver«.
Todo comenzó a las 18:00 horas con la apertura de puertas del recinto. La energía previa se sentía entre los primeros en llegar. Luego, puntualmente a las 19:00 horas, los nacionales de The Weight of Emptiness subieron al escenario. Con un desempeño sólido y demoledor, recibieron al resto del público que continuaba ingresando a la sala.
La banda nacional conquistó al público con una técnica musical impecable, demostrando ser dignos de abrir el espectáculo y de preparar a la audiencia para la actuación del rey del black metal.
A las 20:00 horas en punto, finalmente se materializó la tan esperada actuación de Abbath en un escenario chileno. Después de acortar su fecha en 2019, la anticipación por su llegada solo creció, y desde el primer momento, la audiencia le demostró al noruego que lo esperaban con ansias desde hace mucho tiempo.
La actitud de Abbath sobre el escenario es contagiosa y durante los 90 minutos completos de su concierto, no disminuyó en ningún momento. Con la lengua al aire, sonrisas constantes y acercándose continuamente al público, este Abbath se muestra muy diferente al de 2019 y logró conquistar a todos los asistentes.
El repertorio estuvo completamente dominado por sus temas en solitario, con canciones como «Acid Haze» y «Dread Reaver» representando su último disco. Además, incluyó éxitos como «Winterbane» y «Warriors» de su catálogo anterior. Pero lo imperdible fue su interpretación de Immortal, donde cumplió con temas como «In my Kingdom Cold» y «One by One”.
La calidad del sonido de la banda fue espectacular de principio a fin, aunque en ciertos momentos el bajo no se escuchaba lo suficiente. La banda sonó como una unidad, y todos los temas tuvieron sus momentos destacados. Las canciones de Immortal fueron las más intensas, generando mayor descontrol en el público, mientras que las de Abbath en solitario eran más festivas y propicias para mover el cuerpo.
Es evidente que Abbath se encuentra en un mejor momento, y esto se refleja en su actuación en vivo. El concierto fue excelente, sin demoras ni retrasos. Su voz está impecable, y se percibe que esta nueva etapa de Abbath aún tiene mucho que ofrecer.