Por Bayron Ríos
Fotos por Juan Kattan – @Kattan.ph
Considerados una de las bandas fundamentales en el indie rock y dueños de un estilo inconfundible que se puede trazar hasta en casi todos los grupos musicales del último tiempo, Pavement hizo su esperado debut en nuestro país con un show cargado de emoción, nostalgia y estridencia. Un sueño hecho realidad para todos los presentes en un Teatro Coliseo casi al tope de su capacidad.
La jornada comenzaba con la presentación de los Fother Muckers, banda que bebe directamente del material de Stephen Malkmus y compañía, quienes calentaron el ambiente con sus mayores hits como “Nunca se Apaga”, “Fuerza y Fortuna”, “Lobo Mayor” y Los Ases Falsos. Además se dieron el lujo de desempolvar uno de los mejores temas del conjunto: “Los Avances de la Ciencia”, un deep cut solo para entendidos.
Con el sector cancha lleno hasta casi en los mismos accesos a esta y con un claro público determinado, los más jóvenes adelante y los mayores hacia atrás, la espera se hacía eterna hasta que la pantalla central se prendía con el logo de la banda. Stephen Malkmus, Mark Ibold, Steve West, Scott Kannberg, Bob Nastanovich y Rebecca Cole hacían su gran entrada al escenario para comenzar todo junto a “Silence Kid” y el grito ahogado por años por fin pudo ser liberado, la emoción se tomaba por completo el teatro, mientras que “Summer Babe” ponía a saltar a todo el mundo.
“Kennel District” era como estar sumido en una máquina del tiempo para muchos, una vuelta al pasado en donde imaginar a Pavement en Chile era solo un sueño febril. La tripleta de “Frontwards”, “Grounded” y “Shady Lane” fue un golpe duro de asimilar, tanto por la emoción de esos clásicos como por la dicha de escuchar los aullidos en la guitarra de Malkmus o gritar los “Oh my God” del coro de la canción perteneciente al “Brighten the Corners” (1997).
Uno de los momentos más emocionantes se vivió con “In The Mouth a Desert”, canción que encapsula todo el concepto Pavement. Y aunque fue interpretada anteriormente por Stephen Malkmus en sus visitas previas al país, escuchar el track con los mismísimos creadores de esta fue algo sublime.
La calma también se hacía presente en canciones como “Spit on a Stranger” y “Type Slowly”. La recta final del show fueron nada más que solo clásicos, partiendo con “Stereo” seguida de “Here”, la icónica “Gold Soundz” para cerrar con la imbatible “Cut Your Hair”, con un Coliseo se quería venir abajo.
Tras unos minutos en bambalinas, el conjunto regresó nuevamente para el bis con “Range Life”, alto clásico que no podía faltar en el set. “Serpentine Pad” y el sentimiento slacker hecho canción en “Stop Breathin” le ponía punto final a una presentación de ensueño.
El conjunto estadounidense le dio el vamos a su año laboral en Latinoamérica y vaya de qué forma, fueron 25 temas repartidos en casi dos horas de show, en donde la euforia de Nastanovich se apoderaba de todo el escenario, siendo uno de los focos de atención de la presentación. Pero la gran vedette de la velada fue tener a Malkmus en frente haciendo aullar la guitarra junto a su característica voz; un tono quebrado y nostálgico que nos transporta directo a otra época y que con el paso de los años nos hace reafirmar aún más el vínculo con Pavement.
Porque para muchos de los fanáticos presentes esta banda es sinónimo de la vida misma, una banda que los ha acompañado en las buenas y en las malas, por eso la respuesta del público fue tan eufórica y Pavement supo entenderlo en todo momento. Lo de ayer fue una verdadera celebración junto a la banda sonora de nuestras vidas.