Por Bayron Ríos
Fotos por Juan Kattan – @Kattan.ph
Una vez más la fría noche santiaguina fue aplacada por un show intenso y lleno de energía, para la ocasión los británicos de Squid hicieron su debut en el país, ante un Club Chocolate que estaba en llamas con la ecléctica propuesta de los oriundos de Brighton.
Aunque los británicos no gozan de una masiva popularidad en este trozo de tierra, los fanáticos que dijeron presente en el local del Barrio Bellavista se la jugaron como si estuvieran a estadio lleno, de la misma manera en que el quinteto salió a interpretar su repertorio. Los ánimos se encendieron a eso de las 21:04 cuando las luces se apagaron dando espacio para las visuales del show, siguiendo la línea del video clip “Swing (In a Dream)” y con el nombre de la banda coronando en el centro de la pantalla. El quinteto liderado por Ollie Judge, voz y batería del grupo, apareció en escena para iniciar todo con la canción que inspiró las visuales, sonando de forma poderosa y cristalina a pesar de la complejidad sonora por la que se mueve Squid.
La velada continuó con “If You Had Seen the Bull’s Swimming Attemps You Would Have Stayed Away”, con un sólido final que incluyó a Laurie Nankivell tocando trompeta y pasándola por filtros y efectos hasta destruirla por completo. Al entrar en calor en el show, Ollie se sacó el polerón generando el canto del “mucha ropa” por parte de los fanáticos, tras reírse de la situación la banda despachó “Undergrowth”, provocando saltos y el karaoke por parte del público.
Con inquietantes pasajes sonoros en clave de improvisación (claramente ensayados) que fueron desde el final de “Undergrowth” pasando a “Leccy Jam”, los británicos coronaron con “G.S.K.”, una de las más esperadas de la noche y con los fans en llamas; la electrónica “Broadcaster” ponía los paños fríos a la intensidad del show.
Para “Narrator” los fanáticos ya estaban desatados, incluso abriendo el espacio para armar unos circle pits, siendo la tónica para el tramo final del concierto con “Paddling” y “Pamphlets”. Luego de una hora y media que se pasó volando, el cierre de la presentación estuvo a cargo de “The Blades” y con la banda despidiéndose rápidamente del escenario, dejando a todo el público un tanto perplejo ante la situación, porque claramente los fanáticos quieran mucho más por parte de los británicos.
El debut de Squid fue sin lugar a dudas un mazazo directo al cráneo, una de esas gemas ocultas que aparecen en medio de una nutrida parrilla musical, acaparada por grandes y elocuentes nombres. El quinteto demostró con creces su calidad artística y sacando adelante un show de corte íntimo y sencillo, tal vez para la banda lo de ayer solo haya significado uno más dentro de la gira, pero para los fanáticos se sintió como un gran espectáculo; quizás un espacio más cercano como Sala Metrónomo haya servido a la perfección para un concierto como este y le hubiera brindado un aire más épico para este humilde debut de los británicos.