Por Ignacio Bataller
Fotos por Francisco Aguilar – Spider Prod.
Después de la fiesta que se organizó a finales del año pasado con Korpiklaani, ya era hora de que el Club Chocolate tuviera otra gran celebración. Esta vez, dejamos las cervezas y nos adentramos en el mundo de los poderosos enanos junto a Wind Rose, que ofreció uno de los mejores debuts de una banda de metal este año. El punto alto fue el sonido y la energía de la banda.
Todo comenzó a las 19:00 horas con la apertura de puertas. Ya se podía anticipar la gran fiesta que se armaría, pues la fila de gente esperando para entrar era tan larga que no solo llegó al final de la calle, sino que casi comenzó a doblar la esquina.
Varios con atuendos de enanos o personajes sacados directamente de un libro de Tolkien estaban en esa fila, que avanzó bastante rápido al abrirse las puertas. Luego, a las 19:50, 10 minutos antes de lo previsto, las sensuales y diabólicas monjas de Dogma se subieron al escenario para empezar la fiesta.
Ya habían tocado solas el día anterior en el Club RBX, en un exitoso show, y ahora, ante un Club Chocolate ya bastante lleno, dieron uno de los mejores shows de un telonero este año. Desde el sonido hasta la puesta en escena, que incluyó una contorsionista, un cura malvado y covers de hits históricos del metal, la banda se ganó al público desde el inicio, aunque no fueran de su estilo, lo cual ya es un logro importante.
A las 21:10, unos 5 minutos antes de la hora prevista, los liderados por el poderoso frontman Francesco Cavalieri subieron al escenario para realizar su debut. Desde los primeros acordes del tema inicial, ‘Army of Stone’, el Club Chocolate se vino abajo por completo. Se pudo ver con claridad no solo que la gente esperaba con ansias la llegada de la banda al país, sino también cuánto han crecido como grupo y cómo ha crecido su base de seguidores.
Mine Mine Mine!’, ‘Gates of Ekrund’, ‘The Battle of the Five Armies’. Desde Warhammer hasta el mundo de Tolkien, Wind Rose se paseó por todo el lore y la historia que ha hecho grandes a los enanos en cuanto a su setlist. Concentrándose solo en material de sus últimos dos discos, la banda armó un show de casi hora y media que dejó a todos contentos y logró crear un ambiente de fiesta único.
No solo Francesco, sino todos los miembros de la banda interactuaron con el público y nos hicieron participar en cada canción. Más que un concierto, se convirtió en una celebración de power metal pesado, rápido e intenso. El punto más alto llegó con la ya legendaria versión de ‘Diggy Diggy Hole’, la canción que llevó a la banda a la fama mundial que tienen ahora. Tanto la versión normal como el remix que salió hace poco llevaron a la audiencia a un nivel de alegría y éxtasis que solo se ve en conciertos como este y que hará que muchos hablen de este debut por mucho tiempo más.