Por Ignacio Bataller

Fotos por Francisco Aguilar – Spider. Prod.

En una de las noches más esperadas por los fanáticos del metal extremo, febrero trajo finalmente el esperado encuentro entre Cryptopsy y Atheist con el público chileno. Un concierto doble que, con el año recién comenzando, dejó a todos más que satisfechos.

La jornada arrancó a las 18:30 con la apertura de puertas y, apenas media hora después, la intensidad del death y thrash se desató con Overtoun. La banda nacional representó a la perfección la esencia de la noche con su death/thrash progresivo, fusionando ambos estilos y estableciendo el tono para lo que vendría más adelante.

Uno de los protagonistas de la noche fue Yoav Ruiz-Feingold, vocalista de Overtoun y originario de México, quien tuvo una doble labor. Tras su presentación inicial, regresó al escenario a las 20:00 horas, esta vez como bajista de Atheist, marcando el esperado regreso de la banda a Chile.

Francisco Aguilar DSC 5487 Mejorado NRDesde los primeros acordes de «No Truth«, Kelly Shaefer y compañía recordaron al público por qué son considerados leyendas. Su thrash progresivo, que en teoría no debería funcionar, cobra vida en el escenario con una ejecución impecable y una energía inquebrantable. Cada integrante demostró un dominio absoluto de su instrumento, logrando una cohesión perfecta que convirtió su presentación en un frenesí sonoro.

El set, de aproximadamente una hora y veinte minutos, incluyó temas como «Water«, «Mineral», «Brains«, «Mother Man» y «Piece of Time«, con los que lograron mantener la Sala Metrónomo repleta y enérgica desde el primer momento.

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Pero la noche aún tenía mucho más por ofrecer. Pasadas las 21:30, la sala explotó con el regreso de las leyendas canadienses Cryptopsy, quienes volvieron a Chile presentando su más reciente álbum, «As Gomorrah Burns«. Con Flo Mounier, su único miembro original, en la batería, la banda se encargó de ofrecer uno de los shows más demoledores del año. Desde el primer acorde, su sonido golpeó con una potencia arrolladora.

El vocalista Matt McGachy, al frente de la banda desde 2007, manejó al público con precisión, convirtiéndolo en su coro personal mientras Cryptopsy sonaba como una orquesta implacable. A pesar de contar solo con tres instrumentos en escena, la intensidad y brutalidad de su interpretación hicieron que parecieran mil.

El set incluyó clásicos como «Slit Your Guts«, «Orgiastic Disembowelment» y «Serial Messiah«, sin dar un solo respiro. La energía de la banda se trasladó a la audiencia, que formó el mosh más grande posible dentro de la Sala Metrónomo, manteniéndola en movimiento durante toda la jornada, especialmente con himnos extraídos de Blasphemy Made Flesh y None So Vile.

A pesar de sus diferencias estilísticas, Atheist y Cryptopsy compartieron un punto en común: la técnica y la precisión extrema pueden marcar la diferencia cuando se combinan con una identidad propia. Y ambas bandas lo demostraron con creces en una noche que quedará grabada en la memoria del público chileno.