Por Ignacio Bataller

Fotos por Rubén Gárate de Chargola Prod.

Una de las bandas más solicitadas por la fanaticada del metal en Chile es Dark Funeral, especialmente cuando su líder actual, Heljarmadr, pasa mucho tiempo en nuestro país.

El momento esperado llegó la noche del sábado 15 de marzo en el intenso Teatro Cariola, que se sumergió en un verdadero trance. Esta oscura celebración comenzó temprano, tras la apertura de puertas a las 18:30 hrs. La música comenzó a resonar una hora después, a las 19:30 hrs, de la mano de Necrodemon, la banda originaria de Arica que trajo lo mejor de su death metal melódico con un sonido limpio, pero igualmente brutal.

Necrodemon ha alcanzado estatus de leyenda en la escena chilena y una vez más demostraron estar a la altura de eventos como este, capturando rápidamente la atención de los primeros en llegar al teatro.

1

Luego, llegó el turno de los invitados especiales: los compatriotas suecos de Dark Funeral, A Canorous Quintet, quienes ya estaban tocando en el escenario a las 20:30 hrs. También trajeron death metal melódico con un distintivo estilo sueco reconocible en cualquier lugar, pero con un tono aún más oscuro, adecuándose perfectamente al ambiente de la velada.

Cuando los relojes marcaron cerca de las 10:05 hrs, se apagaron las luces y comenzó a sonar el intro que marcó el regreso de Dark Funeral en un escenario en Santiago. Las primeras notas del tema de apertura, «Nosferatu«, resonaron y el ruido del público se equiparó en momentos con el de la banda, revelando un regreso muy anticipado por la fanaticada.

Desde este tema hasta la legendaria «Unchain my Soul», los primeros 7 temas fueron una muestra del sonido actual y más moderno de la banda, un intenso viaje centrado en los últimos dos discos de la banda.

El espectáculo calentó motores para la segunda mitad del show, donde a partir de «Open the Gates» en adelante, el público fue transportado al catálogo más clásico de la banda, desatando una gran emoción entre los presentes, incluso con mosh incluido.

Heljarmadr, cumpliendo su rol como emisario de la banda, se encargó de dirigirse al público chileno transmitiendo el afecto que la banda siente por ellos, algo poco común en conciertos de black metal. Logró conectar fácilmente con la audiencia y guiarlos a través de cada tema sin perder la intensidad.

Durante los últimos momentos de «Where Shadows Forever Reign«, movió de un lado a otro una bandera gigante de la banda, como señalando que la capital chilena había sido totalmente conquistada por Dark Funeral.