Por Andrés Cornejo
Foto por Juan Kattan – @Kattan.ph
Con el paso de los años, cada edición de Lollapalooza parece ver una disminución de los artistas alternativos que alguna vez fueron mayoría hace una década. Hoy en día, el público objetivo ha cambiado y se ha mantenido así desde la post-pandemia, con una dominancia de artistas «one hit» de TikTok.
Este año, sin embargo, hubo sorpresas para los fanáticos del mundo alternativo dentro de un cartel enfocado en lo comercial. En especial, la primera jornada prometía ser memorable por el debut de Fontaines D.C. en nuestro país, pero lamentablemente la banda suspendió toda su gira por Sudamérica unos días antes. Por otro lado, el máximo referente del rap experimental contemporáneo, JPEGMAFIA, canceló su sideshow y dejó una deuda con su presentación en el Perry’s Stage, debido a la falta de su equipo, lo que impidió la correcta reproducción de los beats.
Mientras tanto, artistas como Girl in Red y Benson Boone triunfaron con sus shows en los escenarios principales. Famosos por las redes sociales, ambos acarrearon a la mayor cantidad de asistentes y fueron acompañados por los estruendosos coros de “We Fell in Love in October” de Girl in Red y “Beautiful Things” de Benson Boone.
Como reemplazo de Fontaines D.C., Claudio Narea, guitarrista de Los Prisioneros, llegó a salvar la jornada, o eso es lo que esperaban. Sin embargo, a pesar de pertenecer a una banda histórica, su presentación y música no lograron compararse con la de los irlandeses.
Después del confuso pero emocionante show de JPEGMAFIA, los canadienses de Caribou fueron los únicos que se salvaron de cualquier tragedia, ofreciendo un espectáculo espectacular donde la electrónica cobró vida a través de instrumentos y pasión. A pesar de la competencia, el show de Caribou tuvo una gran asistencia y nadie pudo resistirse a bailar.
El gran cierre de la noche llegó con Olivia Rodrigo, quien cerró el Cenco Malls Stage con un show lleno de energía, baile y cantos a coro. Con una vestimenta osada, su presentación fue entretenida y emocionante, incluso para quienes no están tan familiarizados con su música. Repasó gran parte de sus discos, interpretando temas como «Obsessed», «Traitor» y su versión de «Don’t Speak« de No Doubt, lo que reflejó su clara inspiración en la banda de Gwen Stefani. Durante el show, hubo una breve pausa debido a la aglomeración de personas en la reja, pero el público respondió con su característico humor chileno.
Si bien siempre enfrentamos tragedias cuando nuestras bandas favoritas no se presentan, Lollapalooza siempre tiene algo nuevo que ofrecer, que en algunos casos sorprende o entretiene, aunque sea solo por unos minutos.