Por Ignacio Bataller
Dentro de la gran revolución que fue la New Wave of British Heavy Metal, dominada brutalmente en términos de popularidad por bandas como Iron Maiden, una ha pasado realmente la prueba del tiempo y ha cimentado un legendario legado a paso lento: Saxon.
Esta banda, liderada por Biff Byford, se formó en 1975 y también se conoce por otro nombre, que evitaremos mencionar. Su debut, que generó mucho ruido, ocurrió unos cuatro años después, exactamente en mayo de 1979, con su disco homónimo.
Lanzándose con los singles «Big Teaser» y «Backs to the Wall», la banda finalmente hacía su estreno oficial en el mundo de la música, con una mezcla de heavy metal y hard rock que dio forma al sonido distintivo de Saxon. Desde sus inicios lograron diferenciarse del resto y encontrar su identidad musical bastante temprano en su carrera.
Aunque ya no eran unos novatos a esas alturas, solo les faltaba demostrarlo con un lanzamiento formal. Sin embargo, la falta de experiencia en el estudio más habituados al escenario que a las grabaciones se notó, y así lo señalaron los críticos en sus reseñas, destacando tanto la inexperiencia de la banda en grabaciones como las limitaciones impuestas por su sello discográfico
Dentro de todas las críticas mixtas que recibió el disco, una observación que llama la atención es la de the quiet before the storm, haciendo referencia al éxito que la banda alcanzaría en sus lanzamientos posteriores.
Y se avecinaban varios. Lo clave aquí es que este álbum debió funcionar, al menos en cierto nivel, para brindarles la oportunidad de seguir escribiendo nueva música, siempre con la idea de llegar a un público más amplio del que ya tenían. Muy en la línea de otras bandas de la misma escena o de las que vendrían después que buscaban compartir, crecer y aprender de sus pares.