La semana pasada, Villa Cariño celebró sus 10 años de existencia, teniendo invitados de su mismo sonido, y con el Teatro Caupolicán como el lugar de encuentro de esta celebración. Pero entre los nombres de este movido cartel, se encontraba uno histórico y lleno de transcendencia en México. Panteón Rococó ha tenido una fructífera carrera de 20 años, y a pesar del nicho del cual ellos emergen y expanden su música, por primera vez tocaron suelo chileno.
Missael, su saxofonista, nos contó un poco de lo que el grupo vive, esto envolviendo a la actual juventud, y la escena musical en la cual están envueltos como agrupación.
Hace 2 años cumplieron 20 años de carrera, y hay mucha gente que los ha conocido por transcendencia familiar, de padre a hijo ¿Cómo ha sido este largo camino de la música para ustedes?
M: Pues como un proyecto de vida, se fue convirtiendo poco a poco en nuestra profesión, no pensábamos que eso iba a suceder. Pues éramos unos chicos de preparatoria, de bachillerato, que empezamos a tocar juntos, pensando- no más allá- de tocar el fin de semana. No pensamos hacer discos, o hacer nada, y poco a poco la gente nos fue pidiendo más y más, y creció de esta forma.
Y es importante que pase esto que mencionas de que los más jóvenes estén muy metidos en la música de Panteón, porque en México que para la música alternativa llamémosla, por no decir un género si es rock o ska, los que van a los conciertos son normalmente los jóvenes. La gente que llena conciertos usualmente son personas de 22 años para abajo, entonces es bueno tener esa conexión con los jóvenes, porque por eso estamos más vigentes.
Tú mencionas que cuando empezaron como banda, la gente fue pidiendo más música y material. Ustedes tienen un discurso de resistencia y pueblo ¿Su música de parte de la letra tuvo relación con esta conexión?
M: Si, nacemos como banda en un momento muy importante en México. En el 95, un año marcado por el movimiento zapatista, y realmente eso fue los que unió como amigos y grupo. Los conciertos que habían en apoyo al EZNL en ese momento era lo que veíamos, y decíamos que debíamos tener un grupo para poder estar ahí, y aprendimos mucho de la ideología zapatista, de los pueblos indígenas de México, entonces toda esa ideología es la que llevamos a nuestras letras en gran medida, no al 100%,-también hablamos de la fiesta y el amor- pero si nuestra forma de trabajo colectiva, autogestiva, autónoma e independiente, la tenemos mucho de la ideología zapatista.
Son totalmente independientes ¿no?…
M: No, totalmente independientes no, más bien de repente en nuestros discos, en alguna ocasión firmamos totalmente con alguna disquera trasnacional, y aun así siempre en nuestros contratos necesitamos la total independencia y cuestión artística, y de decisiones de nuestra parte. Siempre los hemos vistos a las disqueras trasnacionales o nacionales como socios comerciales al final ¿no?, aun así, necesitas la ayuda de alguien que te distribuya, alguien que te haga el trabajo de marketing y demás. Y aprendimos que quienes forman las empresas trasnacionales o nacionales son personas, entonces te puedes encontrar buenas y malas personas en ambas. Nosotros fuimos muy afectados en los inicios de la carrera, cuando sacamos nuestro primer disco, también 100% independiente, por gente que estaba en ese mismo círculo. En México nos robaron mucho, y nos sabíamos el contrato y todo, y encontramos mejores aliados -muchas veces- en empresas trasnacionales ¿no? Pero siempre cuidando nuestros masters, y dueños de nuestros temas.
Eso mismo quería preguntarte. Las disqueras usualmente se ponen duras con el discurso de una banda ¿Cómo vivieron esas dificultades al comienzo?
M: Nuestro primer disco, fue sacado por nuestra cuenta. Ya para el segundo disco, en donde firmamos un contrato con una disquera, esas eran las primeras clausulas, en donde tuvimos la total libertad de todo. Nosotros decidimos que canciones poner en el disco, que decían y todo, nunca tuvimos injerencia de nadie externo a la banda, que no fuera porque nosotros quisiéramos, si queríamos que le productor opinara, lo hacíamos, pero es algo que nunca hemos sufrido…
¿Y esa mentalidad de composición y letra se ha mantenido hasta el día hoy?
M: Si, pero tampoco es un 100% ciento de letras contestarias. Siempre nos hemos visto como un ser humano, comúnmente que si un día está feliz, y quiere componerle a la felicidad de la vida, escribe de ello, si un día está triste habla de eso. Si un día está borracho, habla de la borrachera, y si un día está enojado con algo, lo va a decir en las letras. Solamente digo que puedes hablar de muchísimas cosas, y pues los 9 miembros de la banda componemos, aportamos, y es un colectivo total de personas, y con 9 cabezas se inunda de ideas y de sonidos, ahí todo sale.
Visitan Chile por primera vez, y siendo que han estado en Colombia, Europa y EE.UU ¿Cómo fue el acercamiento entre Villa Cariño, y la gestión de este show?
M: Desde que nos formamos el 95, la primera vez que salimos del país fue en el 2000, y donde fuimos la primera vez fue a Europa, nosotros estuvimos ahí y también en Estados Unidos. Y ha sido muy difícil llegar a centro y Sudamérica, pues la economía de Latinoamérica es complicada ¿no? Pagar tantos boletos y tantos tickets salen caros, te los cobran en dólares, y es bien difícil poder mover la plata. Pero tú sabes, hacemos este esfuerzo especialmente por la gente de Villa Cariño, quienes nos invitaron a este festival. Y nosotros hace muchos años, desde que empiezan las redes sociales, sabemos del contacto que hay con la gente en Chile. No somos una banda que haya sonado en centro o Sudamérica de manera constante en las radios, pero siempre sabemos que hemos llevado nuestra música de una u otra forma, y con las redes sociales más.
Y ahora que Villa Cariño se entera del trabajo de Panteón, y nos hacen la propuesta de ir por una oficina mexicana que ellos tienen, pues para nosotros era como cumplir un sueño. Siempre hemos tenido buen acercamiento con muchos amigos chilenos, y tenemos las ganas ¿no? Además, podemos ir a Argentina un par de ocasiones, y nuestra idea es poder venir y cruzar fronteras por acá, ya que los pueblos latinoamericanos estamos conectados por mucho, a pesar de tantos kilómetros que hay que nos separan, pero la música une, y México es un país donde recibe muy bien a todos los grupos de toda Latinoamérica, y que se sientan como en casa y hacen un gran trabajo. Y es momento de empezar a tirar hacía la música de allá, que tendrá sus diferencias, pero también sus similitudes.
Has tenido estas experiencias en Europa y EE.UU, y también en México ¿Cuál sería tu observación frente a la reacción del público frente a su música?
M: Bueno, tampoco generalizamos Europa, hemos recorrido más de 15 países por este continente. Pero las veces en donde hemos más tocado, y hemos hecho carrera estos 17 años yendo allá, de ir por allá son Alemania, Austria, Suiza, República Checa, Dinamarca, Holanda, que son países muy diferentes a España, Francia o Latinoamérica. Son países en donde son muy abiertos a la música en general. No le ponen etiqueta, son lugares en donde la gente, el gobierno, las asociaciones culturales están habidas escuchando más cosas, y entonces puedes tocar, hacer tours, hicimos varios tours de 54 shows en 60 días-todos en una ciudad diferente- entonces puedes tocar de lunes a lunes. Pues puedes llegar a un pequeño poblado, y hay un centro cultural donde tocar, que-aunque sea lunes o martes- la gente tiene una vida más tranquila, su vida económica está solucionada y todos pueden dar el espacio y ver un grupo nuevo. Se enteran que hay un grupo en vivo tocando y lo aprecian mucho.
¿Qué le recomiendas a la gente para el sábado?
M: Que lleven ropa cómoda (risas) pues es una fiesta. Le llamamos una fiesta con consciencia, a nosotros es bien importante que lleven esa actitud de compartir con nosotros, en donde nosotros ponemos u n 50% del show, y el público la otra mitad, la idea es romper esa barrera de la banda con la gente.