Maleza ha logrado robarse las miradas de variados medios locales de la V región, incluso más de alguna vez-y sin preguntar- la banda ha tenido cobertura en secciones y diarios de los cuales nunca esperaron una sola nota al respecto. Pero la verdad se lo han ganado, y todo el fruto de su talento se vio demostrado en el lanzamiento de su primer EP, «Deconstrucción» (2017), que con la producción de Jurel Sónico de Adelaida, vertieron sus matices latínas, post-punk e indie en una sonoridad novedosa y que desata una samba apertrechada de pensamientos y manifestaciones. Respecto a todo esto, la banda el día viernes 24 de agosto cerró un ciclo de manera excéntrica y con una instancia más formal, siendo que se presentaron en el Centro Cultural Gabriela Mistral de Villa Alemana, como plato principal, y anunciando el comienzo de grabación de lo que será su próximo disco. Con esto también recibieron un reconocimiento por parte de la Municipalidad.
El grupo en esta ocasión se atrevió a utilizar todas las oportunidades que el escenario del teatro entregaba, contando con proyector y visuales, que ensalzaban las performances y daban contexto mucho más interpretativos a las canciones ´La danza del abrir de ojos´ y ´Puede Ser´, las cuales abrieron la jornada entre unos desajustes iniciales con los amplificadores de la guitarra. El grupo relució todas sus virtudes en sus diferentes temas, y es pertinente destacar que la sección de percusiones entre Sofía Cáceres y Matías Bascuñan es una de las atracciones de cada show, cuando ellos se juntan realmente se nota una exposición que va más allá del tocar con precisión o ritmo, sino de estar sintiendo la música al momento de aplicarla. Patricio Guzmán y Daniel Cordovez, la dupla de cuerdas y voces, hoy encontraron otra pieza importante con su saxofonista Elías Rojas, se notaba una preparación de notas que entre ellos tres, entregando un sonido más dinámico y llamativo, que se complementaba en los solos, creando un efecto más jazzero y tropical en diferentes instancias. El resto del «EP» realmente logró mostrar otra faceta de la banda, una más ligada al show y a soltarse más en escenario, y eso se agradece mucho, el atreverse a romper esa zona de Comfort, y entregar una actuación sin preocupaciones. Incluso, Patricio se atrevió a saltar previo a «Devenir Esclavo», como si de la venida de algo inminente se tratara.
Maleza retomará el trabajo en estudio ahora, y no pudo haberse despedido (temporalmente) de mejor manera que con clase y un lugar más que óptimo para empezar un nuevo ciclo, cargado de buena onda, intensos bailes y un discurso pegado a promover al artista callejero, y al emergente, el cual siempre está buscando mostrarse. Ese es el mensaje de toda una escena que está surgiendo con su propio sudor y sangre, y ver como algunas personas llegan al éxito y reconocimiento a base de eso, solamente trae esperanzas. Se viene algo bueno al parecer.
FOTOS: Gerardo Aliaga