El sábado había sido una jornada llena de garra y fuerza, siendo que la mayor parte de los grupos y artistas que tocaron ese día tenía esa incendiaria alma del rock metidas en su cuerpo, convirtiendo todas las tocatas en un despliegue de catarsis inmenso, y esto protagonizado por los mejores exponentes latinos. La fecha parecía no tener superación, y eso también se basaba en datos que confirmaron que el día sábado agotó todo, en comparación a la del domingo que aún contaba con sus tickets disponibles. Pero ya saben, cantidad no siempre es calidad, y el última día de la primera edición de Cosquín Rock fue UNA LOCURA.
Partamos desde lleno con BBS Paranoicos, mientras el escenario Temático se llenó para ver al grupo, muchos ya estaban desde las 3 de la tarde haciendo la espera, y se vio un instantáneo apoyo que le dio una sensación especial a esta nueva participación del grupo hardcore/punk nacional dentro de los festivales de este año. Su sonido fue potente y veloz, en ningún momento se saturó la guitarra, y el bajo siempre marcó con una fuerza pesada, desatando toda la furia de la cancha a base de sus clásicos, y de los temas de su nuevo disco «Delusional«, los cuales sorprendentemente mucha gente se los sabía a coro limpio. Fue una asistencia masiva que se dio empujones para vibrar con esta banda que ya convoca a montones con su trayectoria.
El Movistar, al igual que el día anterior, se prestó para darle espacio inicialmente a la fiesta con cumbia y sabrosura, y qué mejor exponente para esa labor que los excelentes músicos de Chico Trujillo. Es innato, El Macha sale a escenario y todo ruge de manera en que se huele ese olor a vino en caja, se vienen los recuerdos de ese carrete callejeado que te hizo tanto reír, y un sinfín de desamores del pasado al ritmo de la sátira local. Las canciones La escoba´, ´Conductor´y ´Tus besos son´ hicieron saltar a toda la gente presente, incluso con una sorpresa que descolocó a todos, Álvaro España de Fiskales Ad-Hok se subió al escenario a cantar con ellos, en una inesperada colaboración que desató un desorden sin precedentes. Terminada esta tocata, se alistó para el que sería un huracán violento y pesado de música rock mexicana, con la irreverencia en la sangre. Molotov no tuvo piedad nunca, comenzó y terminó todo de manera intensa, y con un desplante sonoro que fue demoledor en toda su extensión. La banda logró captar esa parte primitiva de su hinchada, esa vibra que tenía permitido golpear y empujar hasta que el piso se rompiera, mientras los potentes bajos y riffs sonaban estruendosos. Era una fiesta explosiva, con la intención de dejarte moreteado hasta más no poder, en donde la disyuntiva estaba entre sobrevivir luchando, o morir en el campo de batalla. Finalizaron con su tema más famoso, y el que en breves minutos rompe lazos y convoca al pogo insaciable, ´Puto´. Dentro de toda esta resistencia latina, hubo un momento notable para la canción ´Hit Me´, en donde Anita Tijoux se subió al escenario a unir fuerza en el discurso político de esta rola que muchos conocemos. Otra colaboración más que se llevó todas las miradas, recibiendo aplausos.
Cosquín Rock ya había marcado por haber sido todo un excelente plan, y logró demostrar su potencia acá en Chile, y para eso esta noche tenía que finalizar con un acto de culto y digno de la raíz latina que nos representa de manera internacional. Mr. Master Mike, DJ de la vieja escuela, dueño de las pistas de Beastie Boys, exponente monstruosos del rap, se subía al escenario para deslumbra con un setlist de 20 minutos, en donde él se apoderó del tornamesa con una seguridad y carisma contagioso, repasando temas emblemáticos de su repertorio, y también mezclando canciones más nuevas de la tendencia electrónica. Todo esto finaliza, cuando entrecortado una voz decía Cy—press—-Hill, y la llegada se volvió una inminente, B-Real con una toalla en su cabeza y sus lentes puestos, mientras Sen Dog, fornido y electrificante, observó la efervescencia del público chileno al ver como ellos salieron a escenario para prender los primeros humos del fin, y así entregarnos un vacile como nunca. El grupo impuso su estilo y frescura, con visuales cannábicas y un montón de arreglos en vivo que le agregaron dinamismo a todo su repertorio, mientras que Mr. Master Mike y Eric «Bobo» Correa se divertían jugando a las percusiones y ritmos, una de las secciones más atractivas de los shows de los chicanos, quienes con creatividad crearon momentos soberbios dentro del setlist. La gente estaba muy motivada, cada vez que Cypress comenzaba a fumarse un blunt al son de las trompetas de «Yo quiero fumar», de inmediato sacaban un haz de la manga, e incendiaron los saltos con ´Hand on the Pump o ´How Could I Just Kill a Man´, en la cual agregaron la parte pesada del cover que Rage Against The Machine les hizo en el 2003. Era un descontrol de puta madre, y se percibía que todos estaban en una misma nota alta, disfrutando a uno de los headliners más esperados de estas fechas. Fue una fumada prendida la que dio por finalizado este Cosquín Rock.
Nada que decir, al principio sus dudas por la organización de los escenarios y los diferentes stands que se ofrecían, teniendo atracciones como las del mini escenario de Argentina, en donde las viejas confiables del rock argentino se repitieron más de 40 veces. No malinterpreten, pero escuchar más de 20 veces Música Ligera, para que después rematen con Lamento Boliviano cansa, no es una obligación, pero nunca está demás una actualización en el repertorio trasandino, teniendo a exponentes juveniles como Usted Señalemelo o Perras On The Beach que la están rompiendo en sus tierras. De lo otro, este domingo terminó como una fiesta espectacular, una de esas pocas veces en donde te sueltas de tus prejuicios y disfrutas cualquier género musical, incluso esto terminó de manera bohemia y especial. ¿Por qué las fiestas no pueden todas ser así? Esperamos con brazos abiertos la próxima edición.