Por Alexis Paiva Mack
El miércoles 1 de mayo Fauna Producciones anunció que Madlib, uno de los actos principales, se ausentaría al festival del sábado por “compromisos relacionados a su último álbum”. Tal decisión no solo generó molestia en los seguidores del productor y MC, sino que también dio las primeras luces de lo que podría haber sido un fracaso mayúsculo en el historial de la productora, quienes sumaron al DJ Afrika Bambaataa para compensar la baja. Como si fuera poco, una hora antes del evento se publicó un comunicado oficial para informar que The Internet cancelaría su show por motivos de salud de algunos de los integrantes de la banda. Mientras unos prefirieron exigir la devolución de su dinero, otros prefirieron dar una oportunidad al resto del cartel.
Cuco abrió el escenario principal en el Movistar Arena. Aunque la cita estaba fijada para las 18:00, a esa hora se veía una fila extensa esperando para entrar a la cancha, objetivo que recién se logró cerca de diez minutos después. Una vez que el público entró, el chicano comenzó su presentación media hora más tarde que la programada. A pesar de que los problemas de audio fueron notorios –tras ser alertado por el público, el artista detuvo el espectáculo para pedir que subieran el volumen del micrófono–, su performance destacó por el sonido envolvente de los sintetizadores y las imágenes coloridas que decoraban el fondo del Fauna Stage.
A las 19:30 (originalmente programado para las 18:45) comenzó Drefquila en el Adidas Stage, un espacio reducido que operó bajo la lógica de un club. Si bien, este escenario alternativo estuvo lejos de acercarse a una sala para espectáculos masivos, el trapero llenó el lugar hasta su capacidad máxima con una presentación que dejó en evidencia su carácter como fenómeno en la música urbana. Una vez terminado, Ana Tijoux inició un concierto que, como de costumbre, superó las expectativas de los oyentes no familiarizados con sus composiciones.
Luego vino el momento de IAMDDB, una de las artistas más esperadas de la jornada. La joven de 22 años se presentó junto a su DJ en un acto minimalista, en donde sus risas y la sensualidad de su canto conquistaron al público presente en el Fauna Stage. Entre una nube morada –producto de las luces y el humo de los cigarrillos–, la británica llegó para salvar una noche encaminada a ser la crónica de una muerte anunciada. Con un final sentada a la orilla izquierda del escenario (a pocos metros de la primera fila), Diana DeBrito cantó Shade para posicionarse como uno de los mejores espectáculos que ha pasado por las distintas ediciones del festival.
A las 22:10 subió la DJ encargada de abrir el show de Ms. Lauryn Hill. Clásicos del rap y el reggae sonaron en los parlantes del Movistar Arena, en una introducción que, por problemas técnicos, se alargó cuarenta minutos. Ya con un público aburrido y que manifestó su descontento con pifias en reiteradas ocasiones, la cantante y su banda subieron al escenario con casi una hora de atraso.
Su primera vez en Chile fue en abril de 2002 como parte de Natural Mystique Festival, un evento tributo al ya fallecido Bob Marley. En aquella oportunidad, las lluvias y una lista de seis canciones marcaron lo que fue una decepción para sus fanáticos, quienes volvieron a verla ocho años más tarde en un concierto que apenas cumplió con las expectativas. El pasado 4 de mayo fue distinto.
El encuentro inició con Lost Ones, canción en donde la artista de 43 años demostró que su energía y estilo siguen intactos al paso del tiempo. A diferencia de sus visitas anteriores, esta vez vino en el marco de los 20 años de The Miseducation of Lauryn Hill (1998), un álbum que recibió un total de cinco premios Grammy al año siguiente de su lanzamiento.
Una de las cualidades que más destacó, fue la intensidad con que la afroamericana se expresó a través de su voz. Su canto conservó una afinación perfecta y única, mientras que sus rimas mantuvieron una agresividad capaz de despertar a cualquiera de los oyentes. Asimismo, el baterista jugó un papel fundamental en el ejercicio de crear un ambiente cálido, en donde el resto de los instrumentos actuó como un bloque sonoro bajo la dirección de la cantante.
Luego de una hora -en donde se escucharon trece canciones de su álbum solista y dos covers de Frankie Valli y Lori Lieberman-, Lauryn Hill finalizó su presentación con Ready or Not y Fu-Gee-La como guiño a su ex banda Fugees. Así, la rapera saldó una deuda pendiente con el público chileno y que, de pasada, logró que los asistentes quedaran satisfechos ante las dificultades que enfrentó el festival.